Durante un viaje a San Teodoros, la Castafiore y los Hernández y Fernández son detenidos por el régimen del general Tapioca, bajo pretexto de un complot. Posteriormente, el gobierno de Tapioca también incluye en dicho complot a Haddock y Tintin. Luego de algunos telegramas de insultos, Haddock y Tornasol aceptan presentarse en Tapiocápolis para discutir con el general, sin Tintín, que no acude pensando que es una trampa.
Poco a poco, descubren que la invitación era una trampa. Es entonces cuando Tintín se reúne con ellos. Una falsa tentativa de evasión orquestada por Tapioca para eliminarlos fracasa y Tintín, Haddock y Tornasol logran escapar y huir con el general Alcázar. El único obstáculo a su revolución es el alcoholismo de sus tropas. Afortunadamente, Tornasol ha inventado un medicamento y lo ha probado con Haddock, con resultados más que concluyentes. Los rebeldes son combatidos y gracias a la llegada providencial de Latón y de sus Turlurones, hacen la revolución pasando desapercibidos en medio del carnaval. La Castafiore y los Hernández y Fernández son liberados y Alcázar una vez más consigue el poder.
Desde su publicación en 1976, los Pícaros tuvieron un enorme éxito frente al público, pero la acogida de la crítica fue más bien pobre. Era cierto que el universo tintinesco comenzaba a descomponerse. La "línea clara" no era más esa que había sido, los personajes tampoco... Si Tintín no quiere salir más, si a Haddock ya no le gusta más el whisky, ¿qué queda por contar?